Tal vez hayan oído el relato del joven que cometió un grave error y que le costó a la empresa en que trabajaba la nada desdeñable suma de un millón de dólares. El muchacho estaba hecho un manojo de nervios. Al cabo de unos días ocurrió lo que temía: sus jefes lo mandaron llamar.
—Habiendo gastado un millón de dólares en su capacitación —le dijeron—, ¡que no se le vaya ocurrir renunciar!
En Dios en el banquillo, el gran apologista cristiano del siglo pasado, C.S. Lewis, incluyó un ensayo titulado «Respuestas a preguntas sobre el Cristianismo». Uno de los interrogantes indagaba sobre cuál de las religiones del mundo ofrecía a sus seguidores la mayor felicidad, a lo cual Lewis ofreció esta famosa respuesta:
En el año 2007 se instituyó en los Países Bajos un plan bicentenario de adaptación y preparación para el cambio climático.1 En vista de que dos tercios de la población holandesa vive bajo el nivel del mar, los efectos del cambio climático en ese país pueden llegar a ser enormes y hasta trágicos; de ahí que hayan tomado tantas precauciones.
Desde que tengo memoria nunca me gustaron los rompecabezas. El solo ver un montón de piececitas color cielo casi idénticas me daba hasta mareos. No lograba siquiera entender por dónde empezar.
Una mañana entré en la sala de mi profesor de música para comenzar una clase de violín y noté que había dos instrumentos sobre la mesa. Enseguida me atrajo el primero, que se veía nuevecito. Un violín nuevo es digno de admirar, con sus finas curvas, la superficie satinada y sin rayones, que brilla a la luz, y una voluta cautivadoramente contorneada con sus clavijas aún chirriantes.
Hoy tengo el privilegio de recibir a cinco familias para cenar. Nos conocemos de casi toda la vida y esta noche nos reuniremos en un espíritu de alegre comunidad. Me hacen ilusión este tipo de veladas en las que nos relajamos con amigos y familiares. Ahí yace mi verdadera riqueza.
Cuando piensas en grandes hombres y mujeres, ¿qué suerte de personas se te vienen la cabeza? Muchos quizá traeríamos a colación a destacados deportistas, escritores de libros de gran éxito editorial, actores o actrices de relevancia, músicos, artistas o políticos destacados. Es lo más natural: Esas celebridades suelen acaparar los medios de difusión que día y noche nos saturan con un caudal de información sobre sus vidas, ideas, hábitos y preferencias.
A Dios no se le oculta nada acerca de cada uno de nosotros. Él conoce nuestra hechura. Sabe de qué somos capaces. Conoce nuestros dones, nuestras habilidades, nuestras flaquezas y nuestros puntos fuertes. Y sea cual sea el concepto que tengamos de nosotros mismos o de nuestros defectos, ¡Él nos seleccionó para integrar Su equipo!1 Tiene la certeza de que reunimos las condiciones para desempeñar, con Su poder, la función que Él nos asigne.
A lo largo de los años mi mochila ha sido duramente maltratada. La he expuesto a un sol inclemente y a lluvias torrenciales, tanto en mi barrio como en viajes al extranjero. Me ha acompañado en labores humanitarias y también en mis vacaciones. De hecho, dondequiera que fui, mi mochila fue conmigo.
Cada suceso de tu vida, cada pensamiento, cada decisión, cada expresión de amor y cada interacción con otro ser humano se asemeja a un hilo de un tapiz. Muchas veces, día tras día, los hilos oscuros y los claros se entretejen al parecer sin orden ni concierto. Así y todo, al final forman una imagen. Al contemplar el tapiz de tu vida, veo que es hermoso.